Morirse en la Blanca

Descripción

«Hola, ¿qué tal andáis? Yo aquí estoy, con una sonrisa de oreja a oreja en las fiestas de la Blanca rodeada de tarados.
¿Que a ver qué hago aquí? En breve bajará Celedón a la plaza de la Virgen Blanca y me tengo que hacer con su txapela de platino.
Ah, ¿que quién es ese tipo? Un autómata a cuerda con una hélice en la mano derecha y afilada como el mismísimo diablo que lanzan desde la torre de la iglesia de San Miguel.
Y a pesar de que las cosas últimamente se nos están poniendo cada vez más jodidas a los buenos, cuando me dan un hacha y la posibilidad de arreglarlo todo a hostias, no me suele quedar otra que animarme, pitxines».